La idea de la Antibiblioteca
¡Hola a todos! Bienvenidos al blog. Hoy les quiero hablar de un tema que pocas veces he tocado. La acumulación de libros sin leer. Pero desde una perspectiva diferente, desde la idea de la Antibiblioteca.
Al parecer, la idea de antibiblioteca tiene su origen en la biblioteca del escritor italiano Umberto Eco quien tenía aproximadamente 35.000 libros en su casa en Milán, y cerca de 20.000 en su casa de campo, es decir, tenía aproximadamente más de 50.000 libros. Una cantidad impresionante. Dejando de lado sus libros incunables.
Umberto Eco contaba que los visitantes que llegaban a su casa los podía dividir en dos tipos o clases. Los que le preguntaban ¿Cuántos de todos esos libros había leído? Y los que entendían realmente que una biblioteca personal no era un accesorio para estimular el ego. Sino una herramienta para la investigación, para vivir experiencias nuevas. Una biblioteca personal es más valiosa para Eco cuando tienes más libros que no has leído, que libros leídos. Una biblioteca tiene que tener la mayor cantidad de conocimiento que desconozcas. Claro, la biblioteca no está ahí para impresionar visitantes, para aparentar, está ahí para ti y solo para ti, que te gusta leer.
Fue en el libro El cisne negro del ensayista de origen libanés Nassim Nicholas Taleb donde a partir de las experiencias de Eco instaura el concepto de antibiblioteca.
En el ensayo el cisne negro, el autor afirma que nuestro mundo está dominado por lo desconocido y lo improbable pero el ser humano se sigue centrando en estudiar lo conocido y lo repetido. El autor hace énfasis en dejar de lado lo repetido y poner atención a lo Improbable. A lo distinto, lo que se sale fuera de la norma. Y es a partir de esa idea que surge el concepto de antibiblioteca. Claro, Umberto Eco dice que la biblioteca personal no es el lugar donde se conserva solo lo que has leído, sino un lugar donde encontrar lo que otros leyeron antes que tú. Y que una persona entre a la biblioteca de Eco y le pregunte por lo leído, es el típico error de sesgo humano de fijarse solo en lo conocido. Mientras que la mente de Eco está enfocada en lo desconocido, es decir, sus libros sin leer. Sus libros por leer.
Hoy valoramos más una biblioteca de libros leídos que de libros sin leer. Generalmente se critica mucho a las personas que acumulan libros y no los leen, porque existe la creencia de que los compran para aparentar o solo por ser compradores compulsivos, que siendo sincero, de esas personas siempre hay. Siempre buscan decir: yo he leído todo esto. Cuando se piensa así, están pensando con el ego. Leen o dicen que leen para sentirse superiores. Y ya no pasas a ser un lector por pasión, sino un lector por apariencia.
Cuando, al contrario, es muy bello decir, todavía tengo todos estos libros por leer, son mi proyecto de vida, quiero leerlos porque hay algo en ellos que me parece interesante y valioso. Pero es mal visto porque tenemos ese sesgo. Porque tenemos la idea de que no se puede leer por felicidad, sino por sentirnos superiores. La lectura se sigue asociando a una actividad desagradable desde las escuelas y por eso pocos conciben que se pueda leer por placer y que acumular libros es por esa razón y no por creerte mejor.
Una biblioteca personal con muchos libros sin leer es una ventana abierta a lo desconocido. Porque lo que sabemos siempre es poco. Y nos duele reconocerlo. Debemos aprender a reconocer que sabemos poco y que hemos leído poco. Mientras más leemos más nos damos cuenta de lo poco que sabemos y las bibliotecas personales siguen creciendo, porque mientras más lees, aparecen más referencias de otros libros que dentro traen referencias a otros más y la bola de nieve crece y crece.
Eco también dice que uno puede acumular todos los libros que quiera siempre y cuando tu bolsillo te lo permita, estamos claros que el dinero es una limitante. Yo, por ejemplo, siempre tengo pocos libros sin leer, porque no siempre puedo comprar, hay meses en que no compro nada y me leo los pendientes. Al fin y al cabo, tener una biblioteca como la de Eco es un sueño más que una realidad para nosotros, simples mortales.
El asunto es que muchos amantes de la lectura que compran más libros de los que pueden leer se sienten mal por eso, pero si miras las cosas desde un ángulo diferente, desde otra perspectiva, y le das vuelta a la idea tradicional de la biblioteca personal y lo miras desde la perspectiva de la antibiblioteca, no parece tan malo. Lo que pasa es que siempre estamos pensando en que vale más lo que hemos hecho, que lo que estamos por hacer, es más valioso el hecho, que la intención. Pero se nos olvida algo muy importante, sin la intención inicial, no existiría el hecho. Eso es lo bello de tener libros a mano aún sin leer, son futuras lecturas, nos motivan, nos llenan de felicidad. Claro, hoy en día tener una gran cantidad de libros sin leer no se justifica del todo, porque el conocimiento está a un clic, puedes navegar por internet, comprar libros digitales al instante, pedir prestados libros digitales en las bibliotecas, comprar libros físicos por internet y te llegan en un par de días. Por lo tanto una biblioteca grande perdería su sentido porque puedes acceder al conocimiento de forma inmediata sin necesidad de acumular. Además, siempre que compras un libro con toda la intención de leerlo en el futuro, puede que con el tiempo cambies de opinión y ya no te interese.
Pero yo siento, esto es personal, que a pesar de que no siempre se justifica tener un antibiblioteca, tener libros a tu alrededor, saber que son tuyos, que los tienes al alcance de tu mano, motiva mucho a leer, y motiva mucho más porque ya viste en ellos algo que te gustaba, algo valioso, ya los tienes en tu mente, en tu registro de conocimientos y experiencias que desearías vivir. En algún momento desearas ese conocimiento o experiencia y el libro estará ahí para ti.
Me gusta esta idea de la antibiblioteca porque le ve el lado positivo a la acumulación de libros que siempre es tan mal vista. Yo mismo me siento culpable cuando tengo libros sin leer en mi biblioteca personal. Pero en el fondo no debemos sentirnos culpables, porque es una decisión propia. Yo no estoy de acuerdo con Marie Kondo y sus 30 libros, prefiero la visión de Umberto Eco, y desde que conocí su antibiblioteca pienso en mis libros sin leer como el reconocimiento de lo poco que sé y lo mucho que puedo aprender.
Pueden encontrar esta misma entrada en formato de video en mi canal de youtube.
Ricardo Carrión
Administrador del blog